miércoles, 16 de mayo de 2012

Continuación de la cueva de Rubén

Hacía mucho frio, normal por otra parte en esta época, ya que según mis cuentas estábamos en pleno enero del hemisferio norte.Yo seguía atrapado en aquella cueva de hielo me alimentaba solo a base de agua y un poco de carne cruda que encontré, de un animal que seguramente se despeño, barranco abajo. Mis posibilidades de salir con vida de allí eran prácticamente nulas, pero el afán de supervivencia era más fuerte, no me hacía desfallecer, cuando de pronto. . .

Sentí un temblor bajo mis pies, el suelo empezó a resquebrajarse y, tambaleándome, llegué a la pared más cercana. No podía agarrarme a ningún sitio y lo que había empezado a ser una serie de grietas, había llegado a ser un enorme y oscuro agujero, que engullía todo lo que allí había, incluidos mis escasos bienes. Estaba paralizado por el miedo, todo me daba vueltas y aquel iba a ser mi final, pensé en mi familia y en los seres más queridos, su recuerdo me había dado fuerzas para soportar los días que llevaba encerrado en aquella cueva. Ahora iba a morir, de pronto una luz inundó la cuerva y un ruido ensordecedor me dejó sin sentido.

Cuando desperté me encontraba en un helicóptero, mi familia no había desistido en su búsqueda y allí estaba mi hermano con su enorme sonrisa.


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